Basilio Sánchez

Fundación Ortega MuñozPoesía, SO2

BASILIO SÁMCHEZ

Cáceres, 1958.

CORRESPONDENCIAS

Mientras llega la tarde con su peso
de cristal de Murano
y el horizonte traza a la altura del cielo de los ojos
la línea imaginaria del origen del mundo,
te paras a pensar que la existencia
mantiene entre nosotros
y las cosas con las que convivimos
una oculta cohesión; que hace crecer
a nuestro alrededor
un orden silencioso de pequeños afectos
en el que todo gira alrededor de todo:
un sistema perfecto, pero desmoronable,
tan insustituible como frágil.

Es por eso, quizás, por lo que ahora,
mientras llega la tarde, arrodillándote
como los paleontólogos,
inclinas la cabeza y te incorporas
de nuevo a tus asuntos como si nada hubiese sucedido.
Resuelto a ser paciente,
a no desdeñar nada por insignificante.


MATERNIDAD

Cada mañana, a solas,
antes de que regresen los bañistas,
de que empiecen a posarse los pájaros
sobre la arena fina,
puramente geológica,
que el aire de la noche ha ido cerniendo,
la vemos por la orilla recolectando conchas,
cristalillos pulidos,
escamas transparentes
que dejan en sus manos un rescoldo violeta:
la brasa aún no encendida
de esa forma sumaria de la luz con la que irrumpe,
desde sus fundiciones,
un sol recién nacido que bebe silencioso
de la leche del mar.