Queremos pasear por el campo
MIGUEL ESQUEMBRE GONZÁLEZ
MIEMBRO DEL COLECTIVO CALA DE ALBURQUERQUE, BADAJOZ.
El Salto Diario, 26 MAR 2020 16:20
¿Tiene que servir una misma medida para todos los territorios? Es difícil entender que haya las mismas normas para una ciudad de 3 millones de habitantes que para una aldea de medio centenar en Las Hurdes.
El agricultor que nos nutre de verduras semanales, de su huerta en el pueblo vecino, ha tenido que dejar de hacerlo porque tiene miedo a posibles multas si las reparte a domicilio; los mercadillos se han prohibido, así que para alimentarte, ya no puedes ir a sacar una lechuga de tu huerto, sin miedo, y no puedes pedir a tu agricultor de confianza que te proporcione verduras ecológicas, ahora hay que ir al supermercado, sitio donde resulta que las posibilidades de contagio crecen exponencialmente.
Estos son ejemplos de lo que llamamos “urbanocentrismo” y es como bien define la palabra “mirar todo con ojos de ciudad”. Por cierto, esa misma ciudad de la que bastante gente ha huido cuando ha venido una crisis como esta, buscando el refugio fuera. Paradojas de la vida.
(…)
Actualmente, la mitad de la población vive en ciudades (en 2050 será un 75%, siguiendo la progresión), pero ocupan un 2% del territorio. Esta situación es insostenible y se sabe, pero no solo no se pone remedio, sino que se promociona, mientras se sigue hablando de la España Vaciada y no, como diría Gustavo Duch, de la España Llenada, que ese es el gran problema, y ahora con la crisis del coronavirus y sus múltiples consecuencias también se está percibiendo.
Vivo en Alburquerque, desde mi ventana veo parte de las 7.500 hectáreas de dehesa comunal repleta de caminos o callejas vecinales, de una población de algo más de 5.000 habitantes. Aquí, como en todos sitios, por solidaridad, se está cumpliendo el confinamiento, el “quédate en casa” está grabado a fuego desde todos sitios. Y sí, es cierto, para frenar este virus hay que adoptar una serie de medidas: no estar en contacto con otras personas que no sean las que viven bajo el mismo techo, o si es irremediable mantener las distancias de seguridad; usar guantes; lavarse las manos, etc. Pero ¿es necesario que las medidas de confinamiento sean las mismas que en Madrid, por ejemplo, uno de los focos de esta tragedia?
El CALA (Colectivo Alternativo de Aprendizajes) surgió en el año 2000, quiénes lo constituimos decidimos unirnos buscando la transformación social y personal mediante el apoyo al aprendizaje de otra forma de funcionar en grupo (igualitaria, participativa, no discriminatoria, divertida…), de otro modo de aprender, otro modo de abordar y regular los conflictos y otro tipo de valores que tengan que ver con la autonomía, la cooperación, la creatividad, la implicación y la disposición al cambio.