
La fotografía número 3 muestra un grupo de cuatro personas, tres hombres y una mujer. Ortega Muñoz lleva ropa de trabajo, posa, mira a la cámara, sujeta en su mano izquierda una sombrilla y apoya su mano izquierda sobre el respaldo de una silla en la que se sienta la mujer. Esta tiene en sus manos una paleta de pintor y un pincel; ante ella, en el suelo, hay una caja de pinturas abierta pero ningún caballete cerca; la mujer, sonriente, dirige su mirada al hombre que, a su izquierda, con un capirote de carnaval se sostiene sobre un solo pie y cómicamente gesticula con brazos y manos. Ella simula que pinta y él simula que posa para ser retratado. El cuarto individuo, completamente vestido de blanco, observa hierático al que parece imitar a un pájaro zancudo. Se encontraban en un jardín, el día estaba soleado y el momento era de divertido entretenimiento. ¿Artistas, amigos, la que parecía ser su novia…? Destellos del mundo humano y sentimental de Godofredo en Italia…

La fotografía número 4 fue realizada en un estudio y presenta la imagen de la mujer que se ve en la imagen anterior sentada en una silla y tras ella otro hombre que no ha podido ser identificado. Él viste traje, camisa blanca, corbata de rayas horizontales y un pañuelo en el bolsillo superior de la chaqueta. Mira a la cámara mientras introduce su mano derecha en el bolsillo de la chaqueta. Ella tiene el pelo corto y algo rizado. Viste un camisero oscuro de escote y mangas cortas con una falda más clara. Reposa su brazo izquierdo en el regazo y apoya la mano derecha en su cadera.
Por tanto, vemos a Ortega Muñoz en tres de las cuatro fotografías con el aspecto de tener veintitantos años. En la otra aparece también su supuesta fidanzata, cuyo nombre no se recuerda en la familia Ucelli, así como tampoco los de los dos hombres, el vestido de blanco y el cómico. Se tiene la impresión de que la novia debía de ser una mujer cercana a los Ucelli y de ahí que Ortega Muñoz se las enviara, aunque no como pareja del pintor, sino de otro joven.
Así como las fotografías han proporcionado destellos de información personal sobre Ortega Muñoz en aquellos años de juventud, las pinturas incluidas en el lote conservado por la familia Ucelli suministran otra buena dosis de noticias sobre el pintor extremeño.
De entrada, se confirma el interés de Godofredo por el paisaje desde el primer momento en que empezó a pintar, pues once obras son de este carácter, la mayoría paisajismo de montañas y ambientes campestres con inclusión parcial de poblaciones rurales, pero también dos de paisajismo urbano. Junto a ellos, cuatro retratos, dos de los cuales ya vimos en el capítulo anterior.
Los otros dos retratos son los de una mujer que, en una habitación y con un libro en la mano, mira el exterior a través de la ventana, y un bebé de planteamiento muy semejante al utilizado en el Retrato de Rafael Tamé Bel (c. 1925-26, cat. raz. nº 11). Cabe pensar que tanto una como otro fueran parientes de quienes tan generosamente le acogieron en su casa. El bebé, seguro, pues, con independencia de estar bien resuelto, tiene interés sólo como representación, y la mujer también, aunque posee valores compositivos y cromáticos por sí mismos.

En cuanto a los paisajes, abundan los que muestran en la distancia agrupaciones montañosas con cumbres y laderas cubiertas de nieve, probablemente las de los Alpes piamonteses de la Val Grande, visible desde Stresa al otro lado del lago Maggiore, hacia el noroeste. En algunas se aprecia que la vista fue realizada desde las inmediaciones de un lago, presumiblemente el Maggiore, a cuyo borde Stresa se asoma, o quizás el Orta, el Varese, el Mergozzo, el Como o el suizo Lugano… A veces, incluye construcciones populares en alguna parte de sus imágenes. No se trata de edificios de Stresa, que era una ciudad de considerable vida urbana y turístico-social, así como residencia de gentes con cierta pujanza económica, sino de casas existentes en poblaciones rurales situadas en la periferia de Stresa, como Somerano, o en las riberas del lago, pero sin desarrollo urbano moderno, como entonces eran Baveno, Feriolo, Brisino, Lesa… En general, son panoramas de gran amplitud, pero al menos en tres ocasiones centró la mirada en puntos concretos del paisaje con primeros términos cercanos, son los scorcios, a la manera de Alrededores del Lago de Como, (1921, cat. raz. nº 6). Alguna vista muestra campiñas cuajadas de flores, como en Cercanías de Stresa (c. 1922, cat. raz. nº 7) o en las varias realizadas en las cercanías del lago Maggiore (c. 1930, cat. raz. nº 38, 39 y 40). Es decir, estas pinturas se llevaron a cabo en invierno y, en tiempo de deshielo, durante la primavera.
