José Antonio Llera

Fundación Ortega MuñozPoesía, SO2

JOSÉ ANTONIO LLERA

La plenitud

Badajoz, 1971.

¿Qué es la plenitud? ¿A quién bendice? ¿Al lado de quién pelea? ¿A cuántos protege?

Algunos escribieron que habían alcanzado su cima usando metáforas como quien toma un viejo arado para enterrar una semilla vacía. Hablaron de luces y de túneles, de ganzúas en el hipotálamo, de azares de la química, de ácidos, de puertas de la conciencia. 

Otros buscan en la madriguera de la soledad, pero el cisne que dominó las señales de la abundancia tiene sangre en el cuello. Preguntan por Dios, pero sólo encuentran niebla y poliestireno.

Hay quienes buscan la plenitud en el alma de los que torturan lagartijas por placer, en los que fuman cohíbas importados. Pero en la ruta de la dicha ven urogallos muertos y símbolos fallidos.

El edificio donde se reúne la comisión de ayuda al tercer mundo es el mismo en donde los jefes de los partidos organizan orgías. Dentro se escucha al conductor que se da a la fuga después de un accidente. O se puede tocar, envuelto en celofán amarillo, ese dolor que se prolonga como la construcción de una catedral gótica.

Algunos –santos herméticos, alquimistas, filántropos– dedicaron sus horas a cavar la roca, a trenzar zapatos, a cultivar la tierra. Dijeron que la plenitud era un pájaro oscuro que descendía entre lamentos y trabalenguas de borrachos. Pero miraban lo azul y sólo veían, como yo, un grumo descoyuntado.

¿Qué es la plenitud? Toco una rosa y chilla su cáliz.