Constantino Molina

Fundación Ortega MuñozPoesía, S10

CONSTANTINO MOLINA

ALBACETE, 1985

CANCIÓN DEL MUNDO

Si alguna vez callásemos
como callan los árboles, las nubes
y las piedras, podrían escucharse
los árboles, las nubes y las piedras.

También en estas cosas se escucha una canción.
Y desde su silencio nos invitan
a creer en la voz que sin verbo habla.

Así,
mientras alguien fabula estrategias que calmen
su incertidumbre,
un lúgano le canta a la mañana
y el cielo le regala los colores del bosque.

Mientras alguien disfraza con plegaria su miedo,
un milano dibuja su vuelo entre las nubes
y esparce libertad.

Y mientras alguien busca con palabras
la respuesta que salve su alegría,
la primavera llega, tan callada,
y expande los secretos de la dicha.

El mundo nos entona su canción.

Una canción en blanco,
sin dictado ni acorde, sin ciencia ni conciencia,
que de la nada viene y en todo se refleja.
Basta callar, dejar cantar al mundo
y oír su voz fugaz para entenderlo.


REQUIEM POR MAMIEN HIRST

Flotarás como flota tu becerro
en el formol eterno de la nada.

Coronado con oro y con diamantes,
astuto burlador de los mercados,
serás la estampa viva
que adorne, con su muerte,
las salas de un museo.

El tiempo pudrirá tus tiburones,
tus vacas y corderos.
También se llevará, donde la nada,
toda la cocaína y todo el lujo.
Barrerá para siempre tu lenguaje
y algunas de tus obras
ocuparán trasteros
en casas de los nietos de los ricos.

Pero serás el alma de una época
y te recordarán
en la historia del arte
como una calavera que brilló,
con la risa sarcástica de un genio,
en una galería de fantasmas
que, entre otros, tú supiste comprender.


POR ABISALES

Por abisales canta la poesía
en esta noche oscura.

Por el hondo contento del mirar
y enmudecer de vértigo
cuando por fin comprendes, ya de veras,
lo que el lugar que ocupas significa:

Apenas una mota
de polvo en la región profunda del abismo.
Y tu poesía, el canto
de un grillo en el vacío.