BERTA GARCÍA FAET
VALENCIA, 1988
EL RECORRIDO / EROS-GRAFÍA
primero, raspé la atmósfera con palos, domé
la carcajada
aspiración máxima cuando era un bebé
más tarde, la caída:
terror a las encuestas
heridas en los codos
atrofia en los músculos naranjas
los hombres incurables tenían voz nasal
criticaban al amor por antihigiénico y cómico
cínicos grupales impecables sus gafas lúpulo cardíaco sacarina en el vientre
y yo
mientras tanto
insípidos gorgojos
clavículas y migas en las picaduras un afán victoriano de paredes opacas
“romanticismo desvalido” era un insulto violento para los habitantes del rígido delta de mis
brazos
y yo
mientras tanto
mesaba mis pelusas
besaba a todos con mímica acrofóbica amé manos viscosas, enferma
de nieve
buscaba calorina perfectamente llena buscaba rojos étimos de dolor-en-raíz
pero si me colmaban
si algún hombre incurable me colmaba
si algún hombre incurable por error me colmaba
huía a desovar río arriba
sola
La edad de merecer, 2011
DAÑO Nº 8
a los años llegó el peligro
de poder reproducirme
empieza la cuenta atrás de los 400 óvulos símbolo
del tiempo
y la gomorresina se filtraba
por la mínima boca del reloj de arena
la madre de mi madre enfática y dorada
me regaló un crucifijo el hijo de Dios esbelto y entregado brotaba de la trenza
cuidado con los hombres a partir de
ahora dijo ella
cuidado con el amor a partir de
ahora dijo ella
llora ya eres toda una mujer
y el endometrio
imitaba a un pez anciano en su
descamación
el espanto de poder portar un bebé plegado en mi intestino
por haberme besado ya con 3 o 4
primates comenzó a expandirse
como una epidemia imaginaria inauguré
la hipocondría emprendí
el mal hábito de escribir poemas a todos los muchachos y muchachas
con estrías suaves
y ojos suaves
que me manoseaban el corazón en el recreo
qué significa exactamente útero y qué significa exactamente formar una familia
enid blyton implantaba el canon del verano en mi tímpano y yo quería ser como jorge o como
jorgina
en los aplausos de mis manos caían gotas
de sangre de delfín
aunque yo me fingía plenamente indiferente ante tanta lluvia
a los 8 años a los 150 centimetros de hueso alegre y músculo alegre
llegó el peligro de poder reproducirme
y de poder multiplicarme
sin literatura
y un sol azul manchaba de estrógenos y de progesterona
los geranios y un sol azul manchaba de vello recién nacido
las tímidas
axilas
La edad de merecer, 2011
li.
Yo también he sido así, desde el óvulo:
un lloriqueo amplio, intercalado
de números impares y de lyrics.
Y nada más. Así es la vida.
Bueno, sí: y nada más
y nada menos que 11’03 novios. Cuando tenía 11’03 años,
sufría sufría sufría
porque sufría; ahora ahorita ahoritita no, porque algo
bueno, sí
más o menos he aprendido:
“me he investigado a mí mismo”, dijo Heráclito;
“y no me duele”,
dije yo, “y yo también
digo mentiras”. Pero no pasa nada. A veces lloro no me ves
no pasa nada. Hace 1.001 noches
o vicisitudes fucsiaocres que no lloro.
El problema es que me río,
sin conjeturas;
a veces no me ves. Otras veces M. Bovary c’est moi
quien desvía la mirada, y tal;
soy yo quien llora delos sus oios
porque sucede que soy un collage
de rabietas (y/o cuchichíes). No, en serio,
en este poema debo auto-representarme
como “nena quejicosa” como “espantadiza
perdiz” “púber
y depresiva”
pero sucede que soy
simple,
SORPRESA
feliz. A mí qué me importa
el existencialismo! Bueno, sí me importa:
y nada más
lejos de la realidad que Berta García Faet
(qué vergüenza!)
cual piedra.
En este poema debo auto-representarme piedra
a piedra; sin
consecuencia,
utilizo la 3a persona del plural (qué vergüenza!);
quiero dejar constancia de que no todo fue
burla y mentira.
Quiero dejar constancia de que
no todo se fue.
Quién se fue?
Qué vergüenza!
Los salmos fosforitos, 2017