ABEL MURCIA
este alto en el camino
es mi nuevo refugio
¿son los regresos
parte del mismo viaje?
me observo ensimismado
en los charcos
de mis mudas tormentas
de la tierra queda el polvo
en las uñas
de la arena
cristales de sílice en los pómulos
que brillan como la nieve reciente
bajo la luz del sol
de la mar
el rumor de unas olas
que aspiran a ser nubes
al llegar a la orilla
merodeando terco la memoria
de todos los espacios
un mismo eco
de un nosotros cambiante
grabado en la retina
a tientas
dibujo con las yemas de los dedos
el soplo de un instante que se aleja
Moscú, enero de 2018
***
esta mañana la luz me ha despertado
venía acompañada de sus sombras
leales compañeras
en estas latitudes que ahora habito
¿o sería al contrario?
¿quién acompaña a quién
si sólo juntas conciben su existencia?
llegaban conjuradas contra mí
para mostrarme de forma descarnada
las cicatrices de todos los objetos
Moscú, enero de 2018
* * *
apesadumbradas las horas
de la caída de la tarde
lo van llenando todo poco
a poco de sombras
la calle
abandona por las esquinas
de la ciudad esa fragante
ausencia que a mí me resulta
sencillamente indescifrable
desde las vacías miradas
que me responden anhelantes
al otro lado de un reflejo
turbio de tanto no ser nadie
persigo a tientas y en silencio
las entrevistas claridades
de un tiempo en el que, siendo mío,
noches y días son iguales
y me acompañan y me hacen
mientras tímidamente el aire
de este Moscú me empuja y mira
cómo me pierdo entre sus árboles
De Rimas robadas –inédito–
(“Jardín Botánico” de José García Nieto)
* * *
entre nocturnos paseos
por caminos sin veredas
a la orilla de un gran río
doblegado, sin riberas,
voy dejando tras mis pasos
las huellas de una tristeza
que a fuerza de tanta noche
no puede ser sino negra;
los caminantes que veo
me ven, me miran y piensan
que solitario ando en busca
del calor de las tabernas
que amarradas en el río
siguen unidas a tierra;
las olas que alzan los barcos
con los nenúfares juegan
y los mecen y me mecen
a mí marinero en tierra
cuya sombra se abre paso
hasta las luces que llegan
a las aguas que dibujan
ecos de una ciudad vieja
que busca en los nuevos brillos
antiguos trajes de fiesta.
y van pasando las horas
y la noche se hace fresca
y en su cuna de silencios
las gentes duermen y sueñan,
mientras yo sigo agarrado
con mis pasos a la tierra.
De Rimas robadas –inédito–
(“Romance” de Antonio Machado)
* * *
aguzados por el tiempo
y el dolor estos sentidos
hoy aprenden obedientes
las lecciones de otros siglos
en que aquellos no nosotros
recorrieron sus abismos
a la busca de una luz
con un algo de divino
el pan lo sabemos todos
no sólo nace del trigo
y a veces cuando escuchamos
a lo lejos un quejido
no pensamos que es el viento
quien llega a nuestros oídos
y quien convierte en palabras
lo que nunca nadie dijo
las apariencias engañan
por eso niego el olvido
por eso no seré yo
quien nos vea ahora vencidos
empeñado como siempre
en seguir siendo yo mismo
De Rimas robadas –inédito-
(“Epitafio para la tumba de un héroe” de José Hierro)
* * *
yo no habito en la lengua
habito en el silencio
y en los días de luz
mi miedo me acorrala
y me hiere con todas sus palabras
palabras de silencio
ocupándolo todo
hasta traer la noche
silencio en el silencio
* * *
será bajar por esas escaleras
y deshacer el mundo en pensamientos
a la busca de aquello que tú eras;
será ir descendiendo entre los vientos
que baten los cristales, las aceras
hoy blancas de la calle oirán mis lentos
pasos, el eco de horas venideras;
será sentir que estos días atentos
hurgan callados todas las heridas;
será, seré, serás, verbo seremos,
palabra que se sabe conjugada
en este hogar de idas y venidas;
y así lo será todo, si queremos,
aunque tal vez, quizá, no será nada.
De Nebulosa de Moscú
en TЯÍPTICO4 / тRиптих4, Moscú 2016
* * *
quizá todo está dicho,
quizá no se repita,
quizá nada nos quita
el miedo a que ese bicho
que convierte en un nicho
este cuerpo que habita
vuelva un día a la cita
y transforme en capricho
el circo de la vida.
y así pasan los días,
preso en esta escalera,
sin billete de ida,
entre sombras vacías
de quien siempre está fuera.
* * *
recorre el musgo
con su húmedo tacto
la oscura piedra
la oscura piedra
va abrazando el sendero
en los recodos
en los recodos
hecho tacto el sendero
desaparece
De Trashumante
(de próxima aparición en Valparaíso Editores)
* * *
las abubillas
acuden al encuentro
en torno a mayo
en torno a mayo
la vid viste de un verde
recién pintado
recién pintado
al encuentro del verde
el sol al alba
De Trashumante
(de próxima aparición en Valparaíso Editores)