Sebastià Bennasar – Un altre dia antic

Fundación Ortega MuñozEscaparate de libros, SO11

GABRIEL MAGALHAËS

UN ALTRE DIA ANTIC
Sebastià Bennasar

Pagès Editors, 2019.

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La obra literaria de Sebastià Bennasar es como una interminable carga de caballería, en que los libros se precipitan uno tras otro, al asalto de las plazas fuertes del público y de un reconocimiento literario que debe considerarse, en su caso y sin duda alguna, algo muy justo. El escritor ha recorrido así casi todos los géneros que suelen hechizar a las masas lectoras, desde la novela policíaca hasta la historia de amor, pasando por el western y el relato de terror. Y lo ha hecho ofreciéndonos siempre un catalán cristalino, limpio com el agua que corre, ideal para quien empieza a adentrarse en este idioma.

No obstante, este recorrido tenaz y valiente por las varias caras de los géneros para el gran público se conecta siempre con un amor desaforado por las grandes obras literarias: por la Literatura con mayúscula. Bennasar funciona, pues, como una extraña paradoja: un autor con visos comerciales que nos habla, enternecidamente, de Tirant lo Blanc o de la críptica literatura portuguesa. Porque ese es otro de sus rasgos: el novelista cultiva un acendrado lusismo que se concreta en la construcción de esos puentes colgantes de madera y cuerda por los que transcurre parte considerable del intercambio cultural luso-catalán. Puentes que, en muchos casos, los ha puesto este escritor y periodista infatigable.

Después de obras muy logradas, como ese delicado objeto literario, de gran belleza, que es Nocturn de Sant Felip Neri (Meteora, 2013) o una eficaz novela de espías y acción titulada Hotel Metropole (Columna, 2018), Bennasar vuelve a la narrativa policíaca pura y dura con Un altre día antic. Con el paso de los años, el autor ha perfeccionado su uso de los diversos narradores posibles, como un gran maestro de ajedrez que se sirve de varias aperturas. Encontramos en la anteriormente mencionada Hotel Metropole un uso de la segunda persona que no es muy común a la hora de novelar. En Un altre día antic, la narrativa oscila entre la primera y la tercera personas, entre la voz de João da Luz, un inspector de Lisboa, y un narrador más frío y lejano, heterodiegético, como se dice en teoría literaria.

La novela oscila también entre los escenarios lisboetas, presentados con una riqueza sensorial de colores, aromas y sabores muy intensa –quizá nos encontramos ante la mejor narrativa de Bennasar, en lo que respecta a la representación del espacio– y el mundo de Palma de Mallorca. La riqueza de personajes sorprende igualmente: desde el inspector João da Luz, un policía con formación y aficiones literarias, hasta el amargado periodista mallorquín Andreu Julià, pasando por el empresario Jaume Ramis, por el inspector balear Albert Munar, la profesora Rita Gomes, maleantes entrañables como Marcelo de Sousa y muchas otras figuras, que configuran una galería humana impresionante. Esta narrativa de Bennasar cumple perfectamente ese imperativo de la novela negra de representar todo un mundo social, en este caso a un tiempo balear y portugués.

Dos narradores diferentes, dos espacios distintos, y también dos casos que deben ser solucionados. En Un altre día antic, todo funciona con base en una estructura contrapuntística, que en el fondo constituye la manifestación del virtuosismo literario alcanzado por el autor. Esos dos casos son, por una parte, una serie de asesinatos relacionados con una cuestión turbia de tráfico de drogas, en la cual se encuentran involucrados mafias colombianas e intereses de potentados baleares, y, por otra parte, un caso antiguo, frío, como se dice en el argot estadounidense: el del destripador de Lisboa. La capacidad que Bennasar revela de hilvanar todos estos hilos sin perderse en el camino resulta realmente admirable.

Como es habitual en el autor, las notas humorísticas, las citas literarias ocultas surgen con frecuencia a lo largo del texto. Incluso los nombres de algunos personajes transportan, en sí mismos, una broma, una sonrisa burlona. De hecho, en la novela negra de Bennasar, la violencia propia del género convive con la ternura de la voz del autor, lo que le otorga un tono particular, muy suyo. Estamos, además, ante una narrativa que funciona como un tapiz riquísimo enhebrado con muchas de las vivencias y obsesiones de Bennasar: sus raíces baleares, su pasión portuguesa, su obsesión literaria. Todo esto en un estado de perfección y plenitud que sólo la madurez estética permite alcanzar. Una novela que se publica en Catalunya y que debería conocerse –conocerse y reconocerse– en Portugal y en el resto de la Península Ibérica.