S’acosta el mar. Poesía 1984-2009 Carles Duarte I Montserrat Carles

Fundación Ortega MuñozEscaparate de libros, SO1

VÍCTOR MARTÍNEZ GIL

S’ACOSTA EL MAR.
POESÍA 1984-2009
Carles Duarte I Montserrat Carles

Prólogo de MARIE-CLAIRE ZIMMERMANN, edición de DAVID JIMÉNEZ I COT.
Valencia, Tres i Quatre, 2010.

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S’acosta el mar es, sin duda, uno de esos libros que cualquier lector de poesía debería tener. Carles Duarte i Montserrat (Barcelona, 1959) ha reunido en él, incluyendo piezas inéditas, su trayectoria poética, iniciada en 1984 con Vida endins. El libro no es una simple recopilación, sino una puesta en limpio. Los primeros poemarios, por ejemplo, no han sido recogidos en su totalidad. De acuerdo con el autor, se han mantenido, de los libros más antiguos, tan sólo los textos considerados más representativos. S’acosta el mar es, por lo tanto, el testimonio de una voluntad de autor, la que lleva a seleccionar y a pulir, a redirigir desde la mirada de la madurez. Quedará para los filólogos del futuro discernir hasta qué punto el escritor del presente ha sido justo con el escritor del pasado.

Marie-Claire Zimmermann, estudiosa de Duarte y traductora suya al francés, lo define en el prólogo a S’acosta el mar como un humanista contemporáneo preocupado por el acaecer de los conflictos mundiales y como un intelectual de alto nivel. En efecto, Duarte es capaz de sintetizar intereses sólo en apariencia contradictorios. Es autor de una poesía íntima y personal, complementada con libros de narraciones y con un volumen de memorias aparecido hace dos años, que nos ayuda a comprender las tensiones contemporáneas y la necesidad de entender al otro. Es, también, autor de una obra erudita y científica importante. Estudió y trabajó con dos de los máximos lingüistas catalanes: Antoni Badia i Margarit y Joan Coromines, y ha publicado obras sobre literatura y sobre lingüística histórica y lenguaje jurídico y administrativo. Actualmente, es director de la Fundació Lluís Carulla, institución responsable de la prestigiosa Editorial Barcino.

El lector de la poesía de Carles Duarte se encontrará, como indica Zimmermann, con un conjunto de palabras clave que aparecen a lo largo de su obra. Algunas pertenecen al fondo común de la poesia de inspiración simbolista, como «somni», el uso de los colores para indicar el estado espiritual y emocional o la polisemia del mar. Siguiendo los pasos de parte de la poesía del siglo XX, Duarte esencializa los elementos naturales, la luna, el sol, la tierra, y colabora con diferentes artistas plásticos. Esta materialidad otorga gran importancia a los sentidos, encargados de recoger el orden del mundo y, también, la conciencia de su degradación y la de su carácter efímero. Otras palabras pertenecen a su universo más particular, en especial «pell» i «tendresa». La piel significa para Duarte la capacidad de conectar con el mundo y con la verdad, ya que nos oculta pero también nos muestra. A nosotros y al cosmos. La ternura, lejos de la sentimentalidad, pero que incluye lo erótico, es la capacidad para entender lo que nos rodea, la muerte y la creación permanente de vida. A medida que Duarte ha ahondado en los sentidos de su poesía, que es una lucha contra el olvido –otra palabra básica para él– y la muerte, ha ido incorporando elementos culturalistas de comprensión y de estructuración. El mar es, también, una cultura, la mediterránea, la que baña Cataluña (Maríntim, 2008), pero también la de los egipcios (Khepri, 1998), la judaica (Tríptic hebreu, 1996- 1997, en el que se entremezclan la meditación sobre la palabra y la necesidad de superar el odio) y la clásica (El silenci, 2001, en donde glosa a Plotino, o Els immortals, 2006, poemas en los que comenta Las metamorfosis de Ovidio). Ana Marques Gastão, que ha traducido al portugués algunos de los haikus de Duarte, escribió en un ensayo publicado en la revista Els Marges que este recorrido por las civilizaciones mediterráneas significa una reflexión sobre la palabra como fuente de imágenes, de símbolos, de arquetipos y de formas literarias.

La poesía de Carles Duarte, atenta también a los elementos rítmicos y métricos, premiada y merecedora de traducciones a numerosos idiomas, capaz de retomar la lección de poetas anteriores como Salvador Espriu y a la vez preocupada por ser accesible al lector, culmina una de las corrientes más representativas de la poesía catalana de los años ochenta y noventa del siglo XX. Esta poesía ha podido ser considerada oficialista, y es cierto que el propio Duarte fue secretario general de la Presidencia con Jordi Pujol, pero no está de más recordar que en esa época, y no sólo en Cataluña, incluso las tendencias vanguardistas se oficializaron.