Thomas Nölle, un ecologista avant la lettre

Fundación Ortega MuñozAyN

Thomas Nölle, Myself I, 1979. Fotoperformance. © T.Nölle

El fotógrafo y artista Thomas Nölle (Soest, Alemania, 1948-2020, Barcelona) se interesó por las relaciones entre el ser humano y la naturaleza, sobre todo por las cuestiones sociales derivadas de problemáticas medioambientales. “Fuimos –comenta en una entrevista- la generación que visitó la India, el Afganistán y otros países en busca de formas de vida alternativas y otras influencias culturales. Así que yo, en 1979, decidí partir rumbo a Sudamérica. Allí tomé verdadera consciencia del gran problema de la destrucción ambiental de la Amazonia y de sus pueblos indígenas. Para mí se convirtió en sinónimo de la destrucción de todo el planeta”.

Lo conocí en el MEIAC, con motivo de la muestra Tiempos dorados (2008), donde reflexionaba de manera crítica sobre el retroceso que venían sufriendo las culturas indígenas por mor del capitalismo rampante, convencido de que “habría menos guerras si la vida estuviera más conectada con la naturaleza. Los indígenas han entendido mejor la vida que nosotros”. Lejos de sus hábitats los indígenas eran los protagonistas de aquellas fotografías, formando parte de nuevos “paisajes” aderezados por los valores de Occidente. No dejaban de ser –irónicamente- un elemento más del atrezo.

Como defiende Claudia Giannetti, gran conocedora de la obra de Thomas Nölle, las inquietudes ecológicas han sido desde siempre una constante del artista alemán,  hasta el punto de definirlo como “un ecologista avant la lettre”. Su compromiso ecológico estuvo siempre “relacionado con el desarrollo humano y nunca como un fenómeno aislado”. Este matiz lo introduce el propio artista, que rehuía de una visión parcelada de la realidad por ser ajena a las grandes interrelaciones y por tanto al equilibrio natural del planeta, “Aquí encuentro también el sentido de la fragmentación: el individuo, como ser extraviado que durante su corta estancia en esta tierra no es capaz de captar más que pequeños fragmentos de su propia realidad, de su entorno, del contexto universal”. 

Thomas Nölle, Frankfurt (serie Tiempos Dorados) 2007. Fotografía. © T.Nölle

En 2020 volví a encontrarme con él, en esta ocasión en la galería madrileña Puxagallery, donde quedamos para visitar juntos su muestra En passant. Antes, en Casa de América, estuve contemplando “Thomas Nölle. Notas de América del Sur. Un viaje, 1979-1981”, una amplia exposición sobre ese viaje de juventud que marcó decididamente todos sus trabajos posteriores, “Están presentes los temas del encuentro –en este caso, entre ser humano y naturaleza- y sus respectivas sinergias, pese a que nuestra civilización siga insistiendo en considerarlos mundos diferenciados”. En una de las fotografías Thomas se retrata delante de su casa, en Formosa (Brasil, 1980), con sombrero pajizo, pantalones de campana, descamisado y apoyado en el quicio de la puerta. Thomas posa con aires de “patrão” en lo que parece ser la “Academia de Arte Totalmente Libre”, como reza la pintada de la fachada. Toda una declaración de intenciones… En estas fotografías Thomas no pasaba por allí, no era la mirada del extranjero que busca singularidades exóticas. Él se implicaba, participaba del día a día, conocía a la gente, a José “el ucraniano”, a los hijos del patrão… Porque de algún modo la naturaleza también es el otro. En las fotoperformances Into Nature III e Into Nature IV vemos a Thomas Nölle nadar contracorriente, zambulléndose como un “pez-pájaro”, en plena fusión con la naturaleza. En la otra secuencia asistimos a un assemblage que recuerda a la cabeza de un ave: en medio de un río se alza el tronco de un árbol curvo del que nace el ala de un pájaro, “todo se transforma y vuelve a sus orígenes, el mundo vegetal y animal son uno todo”.

Thomas Nölle, Arqueología marina, 1991. Nölle recogiendo material y basura en la playa de la Barceloneta antes de los Juegos Olímpicos

Pero Thomas abordó otro tipo de relaciones entre el hombre y su entorno, como quedó reflejado en el libro de artista By the Way, presentado en el MEIAC en la primavera de 2015. En esta ocasión a partir del viaje, la captación del instante y el paisaje. Y todo envuelto en lo azaroso: lo que el ojo no ve pero la cámara registra. Frente a la banalidad imagética que nos invade, fruto de la celeridad de la vida contemporánea, Thomas se abre a la sorpresivo de nuevas realidades, que se esconden más allá de las ventanas: las ventanas de trenes, aviones, coches,… Para Norvall Baitello “las imágenes de Thomas Nölle son ventanas para los múltiples mundos en que vivimos, interiores y exteriores (…) Ventanas caprichosas, que muestran escondiendo y esconden mostrando”. En By the Way además queremos ver una metáfora sobre la fugacidad de la vida, la captación del instante que se escapa. No busca una imagen determinada: “No pienso en nada, me sale del ombligo, no de la cabeza… Es todo más de piel. En un milisegundo pasa un tren. Las cosas pasan. En la vida hay muchas cosas que son azar… o no”. Son imágenes casi desmaterializadas, nacidas de la experiencia de su mirada, habituada a adelantarse a los momentos por él esperados, intuidos… Porque no creo que en su fotografía exista una preocupación documentalista, ni objetiva, ni siquiera una planificación al respecto, siempre esa “facilidad” de improvisación suya para fotografiar el preciso momento.

Cuando aún las nefastas consecuencias por la contaminación de los mares no eran abordadas desde el ámbito social y mucho menos artístico él se adelantó con proyectos ecológicos y de arqueología marina, acciones en las que utilizó por ejemplo la basura. Esta toma de conciencia no fue algo puntual, pues fueron muchas las propuestas a este respecto. Así, la serie fotográfica en b/n sobre las playas de la Barceloneta antes de las Olimpiadas (1990-1993), Sea-Flowers/Flores del Mar (escultura, 1992-1993), La Mer-e (fotografía y mini-assemblages, 1992-1994), La Mer-re (caja-montaje, 1993), Fabled Sea (caja objeto y ensamblaje, 1995), Musée Méditerranée (instalación cinética, esculturas, mosaico, 2000), Salva Lucrum I y II (videoinstalaciones, 2002), Mare Rostrum (fotografía, en colaboración con el Puerto de Barcelona y la Cofradía de Pescadores de Barcelona, 2015), Sea-Store (acciones, intervención en el espacio público, 2016)…

Thomas Nölle, Into Nature III (Blau fließt der Strom der Sensibilität) [Azul fluye en la corriente de la sensibilidade], 1980. Tríptico fotográfico. © T.Nölle

Thomas Nölle ha exhibido sus obras en museo y festivales como el Kunstmuseum de Mülheim (Alemania), ZKM/Center for Art and Media Karlsruhe (Alemania), Centro Nacional de las Artes (México D.F.), Neue Galerie Graz (Austria), Künstlerhaus Wien (Austria), MUVIM Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad, Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, XII Festival Internacional de Artes y Culturas Digitales de Canarias, CCCB-Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, Re: NEW Festival, Pittsburgh (Estados Unidos)… Entre sus exposiciones individuales caben destacar las realizadas en la Orangerie Schloss Augustusburg (Brüjl, Alemania), Friedrich Naumann Foundation (Königswinter, Alemania), Städtische Galerie (Suhl, Alemania) MEIAC-Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Badajoz, España), Museo del Romanticismo (Madrid, España), Factoría Santiago (Santiago de Compostela, España), Brazil-Spain Cultural Centre (Belo Horizonte, Brasil), V Festival Internacional de Imagen (Manizales, Colombia), Centro Cultural de España (DF, México), Arte Periférica (Lisboa, Portugal), Goethe-Institut de Lisboa (Portugal, con C. Gasparinho)… Sus libros de fotografía Musa (2012) y By the Way (2016) fueron presentados, entre otros, en Blue Project Foundation (Barcelona, España), EsBaluard Museo de Arte Contemporáneo (Mallorca, España), MEIAC-Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Badajoz, España), y Parque Lage Centro de Arte (Rio de Janeiro, Brasil). Su proyecto de arte público SEA STORE sobre la contaminación ambiental y marina se llevó a cabo, en 2016, en el CCCB-Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y en la plaza frente al MACBA-Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona.

Martin Carrasco