Juan Lamillar

Fundación Ortega MuñozPoesía, SO6

JUAN LAMILLAR

Un EXtranJErO

Eres un extranjero cuando abres
las tapas del cuaderno
y el blanco de sus hojas te ha llamado
para que cruces la frontera.
Mírate extraño cuando escribes,
memoria de otro ser que ahora se adentra
en ignoradas lindes.
Se ha borrado el espejo de la página
y no te reconoces en su azogue.

La MiraDa

Mirar el mundo como el ciego
que, de pronto,
recuperase el ver:
destellos de la luz, de los colores,
la inocencia manchada de las cosas.
Saber ponerles nombre:
esa es la claridad.
Nombrar cielo a lo azul
y detenerse
junto a la gris corriente de los ríos,
perderse entre el verdor pujante de los árboles,
que llegue la belleza como un deslumbramiento.
Vencer la oscuridad con las palabras.

Pan DE MarvaO

El hosco olor del horno
aquí en Marvao
triunfa sobre la niebla
que esconde la mañana,
sube al camino de ronda
donde pago el tributo del viajero.
Años más tarde,
ese áspero aroma de pan
que va dulcificándose
al compás de la leña y los rescoldos,
que va haciéndose amo
de estas primeras horas confundidas,
años más tarde vuelve
-enigma y dolor de la memoriaa
esta ciudad lejana,
a estas horas de sol,
y no es mentira
que su recuerdo vence
y me lleva otra vez
a ese tiempo, a esa paz, a esas murallas.

COPa antiGUa

Sigue mostrando el presente
con la misma luz de entonces,
cuando su perfección alegró al alfarero.
Copa de arcilla roja,
sin agua, sin la antigua
felicidad del vino.
Vacía frente a mis ojos
pero llena de siglos
en su color intacto.
Los bebo sorbo a sorbo
y me mancho los labios de ceniza.

COn LOs OJOs CErraDOs

Para habitar lo desolado,
para herir con los ojos
lo que es puro e incierto resplandor,
para pisar la arena rubia de los sueños
y que el sol vaya alzando tu desnudo
hacia el trono feliz del mediodía.
En la tarde de amor,
la dicha entre los párpados cerrados,
deja que venga el mar y nos despierte
con la lengua de fuego de su espuma.

rainEr MarÍa riLKE

Busca la soledad y las mujeres,
los viajes, la vida en los palacios,
el titilar constante de las rosas.
Busca el amor, su máscara,
la confidencia herida,
el mar desde las torres de Duino,
su propia, su verdadera muerte.
Y todo lo encontró en el ángel terrible
que dicta las palabras.