Berta García Faet

Fundación Ortega MuñozPoesía, SO6

BERTA GARCÍA FAET

Mi abuelo se abrió una cuenta de Skype
para hablar con nosotros.
Nunca habló con nosotros
por Skype.
No sabía cómo utilizarlo.
No se aclaraba, el pobre.
Ahora mi abuelo está en la cama,
ahora mi abuelo está en la cama
eléctrica. Se cayó y se rompió el brazo;
no se acordaba de que se había caído,
no se acordaba de que se había caído y no se acordaba
de que se había roto el brazo
y el corazón y no se acordaba
de que no pueden operarle el brazo porque se ha roto el corazón
y el húmero y no se acordaba
de que no puede andar
pero intentó andar
y se cayó otra vez
y ahora está en la cama
eléctrica
del hospital.
Ahora mi abuelo está triste
porque se ha quedado inválido.
Había puesto
todas sus esperanzas en la transfusión de
sangre
negrísima
pero ahora se ha quedado
inválido, en fin.
No me gusta esta palabra
inválido.
Mi madre la ha utilizado para explicarme
la situación y no me gusta esta palabra
inválido
porque es verdad.
Ahora mi abuelo está triste
porque se ha quedado inválido.
Todos estamos tristes, todos
estamos inválidos, todos
hablamos mucho
para compensar
que mi abuelo está muy triste y
no habla, el pobre.
Creo que se va a morir.
Creo que se va a morir con el corazón
roto
y se va a llevar con él mi corazón
roto y se va llevar con él mi
corazón a
la muerte.
Sus piernas
no funcionan, mi corazón
no funciona, no
valemos, in
out-.
Como mi abuela no sabe utilizar el ordenador
(era mi abuelo quien utilizaba el ordenador
para sus cuentas),
el ordenador está encendido.
En su despacho,
el ordenador está encendido como una chimenea
en plena primavera y el ordenador está encendido
y caliente
como una mejilla.
Mi abuelo está conectado
en el Skype.

Estoy aquí pero es que aquí
es muy raro hace cuatro meses
y nueve días que te moriste en la cama del hospital
pero en tu casa / en mi casa / en un altar blanco y plateado
y de madera de parquet. Te moriste
en casa es decir
que te trajeron la cama
eléctrica
del hospital a
casa y moriste. Hacía cuatro horas
que yo te había dicho estoy aquí muchas
veces muchas
gracias te querré
siempre estoy aquí es decir aquí en el avión
cuatro meses + nueve días después y
doce meses + siete días después
del otro poema. Estoy aquí pero es que aquí
en la capilla ardiente mi cabello
bicolor
arde raro arde
junto a cinco rosas cinco cinco cinco cinco cinco sobre el
ataúd
no hay verbo sobre el ataúd que es como una cama calentita.
Quiero que estés bien
bien cómodo como feliz modo muy bien modo avión pero
no es tu casa la muerte
pero ahora es tu casa
la muerte y estás en tu casa estás en mi casa vivíamos
en la misma casa técnicamente cuando
te ibas muriendo. Ahora ya no vivimos en la misma casa ahora ya no
vivimos
no vivimos sólo estoy
yo sólo estoy yo aquí contigo pero es que aquí
es muy raro. Es el cielo? Es el avión
por el cielo? Pero es que aquí somos vecinos te traeré
pasteles de yema te traeré
pasteles siempre somos vecinos tú en la muerte yo
en la vida tu casa
puerta con puerta linda con mi casa entornaré las puertas
para que duermas bien no chirriaré mis puertas
que son muchas y muy viejas
te hablaré de NY, New York donde vivías
tú donde vivía
yo
eso
nos unía
mientras vivías
técnicamente eso nos une (resulta complicado aclarar
dónde vivía
yo que vivo y que vivía por
todas partes, en ningún lugar en concreto) (yo que vivo y que vivía
con vivir en mí con vivir en ti
en parte de ti, por ti); te ibas muriendo
en mi casa y yo vivía lejos
de ti, tal vez de mí. Te traeré pasteles de yema y de
ti escribiré más poemas
calentitos. Levántate, anda
a hacer tus cuentas en el ordenador.
No pondré la música alta para no molestarte
lo bueno es que ahora somos vecinos
lo bueno es que estás bien, ya no estás ya no estás
siempre
a punto de morirte.