Nada nuevo bajo el sol.
La posverdad fue inventada en el siglo IV a.C.
Nuestro proceso de decadencia en el gran teatro del mundo persiste desde entonces. Continuamos inmersos
en nuestros sueños de la razón. Pensamos, luego destruimos porque soñamos. (Un Pessoa más cartesiano.)
Nuestro insomnio ya no tiene tintes románticos, pero las ruinas reclaman espacio en nuestras memorias,
tan propicias a las caídas e incertidumbres:
¿Y si la vida se encontrara en otro escenario?
“Ya es tarde; que en muriendo, no os asombre,
no puede ganar méritos el hombre. […]Al teatro pasad de las verdades,
que este el teatro es de las ficciones.”
(Carderón de la Barca, El gran teatro del mundo, 1655)

© fotografías, Thomas Nölle, 2014-2018
(Teatro Maria Vitória de Lisboa, 1922;
Teatro romano de Mérida, 16-15 a.C.).
© texto, Thomas Nölle, 2018.