EL AIRE CADA VEZ MÁS CLARO

Fundación Ortega MuñozPrensa

HOY/Trazos (18 jun 2011)

HOY. TRAZOS | SABADO, 18 DE JUNIO DE 2011

´Aires. Poemas 1961-1964´, del suizo Philippe Jaccottet, inaugura la nueva colección de poesía de la Fundación Ortega Muñoz

Miguel Ángel Lama

Hay autores, como Philippe Jaccottet (Moudon, Suiza, 1925), en los que son muy visibles elementos tan capitales y reiterados en el proceso creativo como experiencia y trascendencia, acción y reacción o aparición, sentimiento, pensamiento y expresión. En la trayectoria poética de este escritor hay un momento importante en su experiencia de la naturaleza, que, literariamente, se corresponde con su vuelta a la poesía y con la composición de un libro tan eminentemente representativo de su escritura como Aires. Poemas 1961-1964, que la Fundación Ortega Muñoz ha publicado en su colección «Voces sin tiempo», dirigida por los poetas Jordi Doce y Álvaro Valverde. La distancia temporal entre la primera edición original de esta obra de Jaccottet, que data de 1967, y esta su primera traducción íntegra al español, es directamente proporcional al asombro que suscita su calidad poética, que lleva a afirmar la oportunidad de dar a conocer al lector español los poemas de un autor que tan sólo lleva poco más de una docena de años traducido parcialmente al español. Aunque sus devotos lo han leído en francés, creo que su difusión ahora con uno de sus libros principales es todo un acontecimiento en el panorama poético.

El punto de partida vital da como resultado un hito poético de extraordinaria relevancia en su carrera, un grado de transparencia admirable, una obra superior, que eleva el discurso poético desde la imagen íntima a la imagen cósmica. «En mi caso, no hay ningún texto que no tenga en su origen esa suerte de emoción particular que es la fuente de toda poesía lírica desde hace mucho», dijo Jaccottet en conversación con Jordi Doce y Rafael-José Díaz, su principal traductor y responsable de esta versión de Aires. «Dans l’air de plus en plus clair», escribe Philippe Jaccottet en su poema “Luna al alba de verano”, cuyo primer verso me apropio para el título de estas líneas. Ese verso expresa mucho del sentido de la poesía de este autor. El aire es también el espacio en que anida la palabra dicha, en el que se posa o gravita la palabra que recorre el espacio de las páginas como un vilano de significaciones elementales.

Sobre ese espacio, el de Aires, que también es un tramo temporal de cuatro años (1961-1964), hay seis estratos o partes: «Fin del invierno», «Pájaros, flores y frutos», «Campo de octubre», «Mundo», «Amanecer» y «Deseos», última sección que es una suite de tres poemas de un tono reflexivo y conclusivo sobre el significado del discurrir poético del libro, que se cierra con un brillante testimonio de la tarea cumplida: «Una vez que atardezca / juntar todas las cosas / en el cercado / Ordeñar, alimentar / Limpiar el abrevadero / para los astros / Poner orden en lo próximo / se proyecta en la extensión /como el tañido de una campana / a su alrededor”. La tarea diaria, y la disposición de todo para el día siguiente en un concepto cíclico que es el del poemario, que parte del final de una estación, de un tiempo que da paso a otro más luminoso y creativo, en el que habitan unos seres —pájaros, flores, frutos como pruebas de vida y de creación— y que tiene su continuidad en otras secuencias de sugerentes variaciones formales y una elemental culminación en la serie “Amanecer”, en la que yo veo esa “aventura del alba” de la palabra poética de la que habló José Ángel Valente, esa aventura del comienzo perpetuamente comenzado.

Como escribe el traductor en su «Nota a la edición», sólo desde una extrema libertad, una suma despreocupación y una intensa concentración puede abordarse la traducción de los poemas de este libro de Jaccottet. Sólo el propio Rafael-José Díaz puede testificar si logró ese estado; pero el lector parece intuir su consecución, ya que los resultados de su versión son excelentes; quizá por la afinidad con la poética de Jaccottet, y no sólo la de Aires, sino la que se respira en toda la trayectoria del autor suizo. La solvencia de Rafael-José Díaz puede comprobarse en sus versiones de Jacques Ancet, Hermann Broch o Pierre Klossowski… Aquí, en el caso del autor suizo, capta con nitidez la esencialidad del texto de partida e incluso en algunos poemas sugiere a través de reflejos lo que en el original es una clara sonoridad de rimas o unas recurrencias de carácter fónico sutilmente expresivas. No es más que la demostración de cómo la mirada de un lector-traductor se detiene en un texto, y es vida.

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Aires. Poemas 1961-1964.

Autor: Philippe Jaccottet

Traducción y prólogo de Rafael-José Díaz. Edición bilingüe.

Fundación Ortega Muñoz (Colección «Voces sin tiempo»),

Badajoz, 2010. 150 páginas.

Precio: 14 euros.

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